martes, 9 de julio de 2013

Peliculeando (Vol.III): Just Go With It y That's My Boy

Just Go With It - ¡Sígueme el rollo! (2010)

Protagonizada por Adam Sandler y Jennifer Aniston, esta comedia romántica, en la que también contamos con Nicole Kidman interpretando un pequeño papel, cuenta la historia de un cirujano plástico que debe su éxito con las mujeres a ese anillo de la boda que nunca llegó a ser. 

Una noche conoce a una chica de la que se "enamora" sin hacer hacer gala del anillo, pero esta termina descubriéndolo después de acostarse con él. Con miedo a sincerarse con ella, Danny (Sandler) le dice que está divorciándose, a lo que esta le responde que le gustaría conocer a su futura ex-mujer para comprobar que dice la verdad. Así, Danny le pide a su ayudante de la clínica (Aniston) que se haga pasar por su esposa durante unas horas, pero la cosa se complica y detrás de una mentira viene otra.

Ignorando el pequeño detalle de que la chica, esa a la que acaba de conocer y con la que se acostó hace minutos, quiera conocer a su "futura ex-mujer" y hacerse su amiga (todo muy normal, vamos) en menos de nada, es una película entretenida e incluso, en ocasiones, hasta graciosa. Eso sí, es muy predecible, al igual que casi todas las comedias románticas, pero, al fin y al cabo, cuando veo una película de este género lo hago con la finalidad de entretenerme sin tener que ponerle demasiada atención a la trama  para enterarme de qué va. Películas para días vagos, vaya.

·Calificación: 

That's My Boy - Desmadre de padre (2012)
Donny Berger (Adam Sandler) es conocido por haber mantenido relaciones sexuales con su profesora cuando tenía catorce años y tener un hijo con ella (Andy Samberg). Puesto a que esta es condenada a una larga pena de cárcel, Donny tiene que encargarse de su hijo, al que llama Han Solo.

Pasados los años, Han Solo, avergonzado de su padre, se cambia el nombre y se aleja de él. Donny, sin trabajo ni dinero y adicto al alcohol y a las fiestas, tiene varios días para reunir una gran suma de dinero para evitar ir a la cárcel. Es entonces cuando descubre que su hijo se ha cambiado el nombre y es un hombre de negocios bastante exitoso y acude a él.

El principio de esta película me sorprendió para mal, pero, con el transcurso de la misma, gracias al humor absurdo tan característico de Adam Sandler y la inocencia del personaje de Andy Samberg fue mejorando. Tiene un par de detalles un poco fuertes, a mi parecer (los cuales no desvelaré porque sería spoiler), pero es una película bastante entretenida. Aunque, eso sí, con un humor bastante absurdo que hace que termine por no hacerte gracia en algunas escenas.

·Calificación: 

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